Al ritmo de un metrónomo una mujer se desplaza repitiendo y transformando una serie de gestos cotidianos. Prisionera de un ritmo implacable, en parte impuesto por la sociedad y en parte, por la imagen que se impone a ella misma. La intérprete emprende una lucha obstinada, en un continuo ir y venir, jugando con los clichés y lo grotesco hasta el agotamiento. La batalla desenfrenada a la que se libra se convertirá en su victoria final…

Esta performance forma parte del espectáculo «Meurtres d’intérieur» constituido por tres solos, interpretados por tres bailarinas y cuya temática gira alrededor de la feminidad. Trabajé unos quince días, con cada una de ellas, intercambiando opiniones y explorando este tema. ¿Qué significa ser una mujer hoy en día? ¿A qué códigos y a qué presión social se confrontan las mujeres ? Cuando hice estas preguntas a Sandrine Maisonneuve, la interprete de «Que du bonheur(?)», me respondió diciendo que «de cierta manera la sociedad nos dicta como tenemos que ser, guapas, seductoras, sumisas…y aunque podemos rechazar estos códigos, no es tan fácil liberarnos de ellos y cuando lo logramos a veces, la gente nos trata de locas , histéricas, demasiado masculinas…Vivimos a menudo sin darnos cuenta, encerradas en una trampa, viviendo en una especie de prisión virtual, como entre dos lineas paralelas de las que no podemos salir».

Esta imagen de «vivir entre dos lineas paralelas», fue el detonador que inspiró la estructura de la performance.

El título viene de una frase que cada día nos decía la dependienta de la panadería donde íbamos a comprar el bocadillo durante los ensayos. Nos contaba todo lo que hacía, desde que se levantaba por la mañana hasta la noche (levantar a los niños, preparar el desayuno para toda la familia, llevarlos al colegio, venir a abrir la tienda…) y al final nos decía: pero «que du bonheur» , que sería algo así como «a pesar de todo esto, soy muy feliz». Nosotros le añadimos un interrogante entre paréntesis.